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Comentarios sobre: los "tiempos dolorosos" del Reino Unido

Grecia. España. Alemania. Portugal. Irlanda. Hungría. Estos son los países que ya han tomado medidas económicas tendientes a paliar la grave crisis económica y financiera, que se inició en el 2008, en Wall Street.

Hemos sido testigos de cómo los líderes de estas naciones deben plantar cara a sus conciudadanos, y anunciar medidas económicas de ajuste. Con evidentes costos políticos, y una creciente ola de desencanto hacia quienes negaban meses atrás que ya lo peor de la crisis del 2008 había pasado.

Ya hemos visto efectos de estas medidas económicas. En Grecia, huelgas y protestas. Hoy 8 de junio, en España, se convocó a una huelga en protesta por el "tijeretazo" de Zapatero. El gobierno de Hungría niega estar tan mal como Grecia. Y ahora le tocó el turno al nuevo gobierno británico.

No fue el impactante llamado de "sangre, sudor y lágrimas" de Winston Churchill, pero el discurso pronunciado ayer por el primer ministro David Cameron tuvo el mismo objetivo: preparar a los británicos para los "dolorosos tiempos" que se avecinan.

Esta vez, no se trata de misiles nazis, sino de la deuda presupuestaria que, según advirtió Cameron, es mucho más alta que la indicada por la administración saliente laborista, aunque aún no tan grande como la de Grecia.
Ahora se estima que en los próximos cinco años el Reino Unido tendrá que pagar en intereses 70.000 millones de libras (cerca de 120.000 millones de dólares), es decir, un 11% de su producto bruto interno (PBI).

"¡Qué terrible derroche de dinero...! Este es el legado que nuestra generación amenaza con dejar a la próxima", sostuvo Cameron durante una sesión de preguntas y respuestas que siguió a su disertación en la sede de la Open University, la universidad creada para personas de bajos recursos en la ciudad inglesa de Milton Keynes.

"A menos que actuemos ahora, los pagos de los intereses dentro de cinco años pueden terminar siendo más altos que la suma que Inglaterra gasta en sus escuelas, la lucha contra el cambio climático y el transporte, todo junto", afirmó.

"La forma en la cual lidiemos con esta cuestión afectará nuestra economía, nuestra sociedad; incluso, todo nuestro estilo de vida. Las decisiones que tomemos afectarán a todas y cada una de las personas en este país. Y los efectos de estas decisiones durarán años, si no, décadas", dijo el primer ministro.

Cameron procuró, de esta forma, preparar el terreno para el impacto que causará el presupuesto de emergencia que la coalición liberal-conservadora presentará el próximo 22 de junio.

Ya se sabe que los salarios del sector público y los beneficios del Estado serán fuertemente reducidos (a un nivel mínimo de 12.000 millones de dólares). Pero la guadaña presupuestaria podría calar mucho más profundo. Importantes servicios públicos (como bibliotecas y centros deportivos), por ejemplo, podrían ser clausurados, lo que eliminaría cientos de miles de puestos de trabajo.

Sin dar precisiones, Cameron dijo que el sacrificio es necesario porque "la escala general del problema es aun peor de lo que [pensaban]".

"Yo quiero que este gobierno lleve a Gran Bretaña a cumplir con el inevitable plan de reducción del déficit de una forma que fortalezca y una al país. Porque el legado que nos han dejado es tan malo que las medidas serán necesariamente duras."

Durante una serie de entrevistas radiales y televisivas, el viceprimer ministro liberal demócrata Nick Clegg prometió que los recortes serán "progresivos" y que "no afectarán a los más débiles en la sociedad", y añadió que se evitará crear las tensiones de la década de 1980, cuando la administración de Margaret Thatcher aplicó draconianas medidas económicas sin tener en cuenta su impacto social.

Los sindicatos pusieron los reaseguros de Clegg en duda. El Trade Union Congress (TUC, Congreso de Sindicatos), que representa a 6,5 millones de trabajadores británicos, dijo haber recibido información de 30 cortes específicos que la coalición gubernamental planea realizar. "Y muchos de ellos afectarán a los más necesitados", afirmó el secretario general del TUC, Brendan Barber.

Entre ellos, figurarían las recetas médicas gratuitas para todas las personas con problemas de salud de largo plazo en Inglaterra. Con un costo de 600 millones de dólares, ese régimen propuesto por el gobierno laborista no verá ahora la luz.

"Los políticos nos dijeron durante la campaña electoral que los recortes se harían mediante ahorros, que los pobres y vulnerables estarían protegidos. Su intención habrá sido esa, pero ante el primer obstáculo parecen haber fracasado. La gente tiene razones ahora para sentir miedo", sostuvo el líder sindicalista británico.

En pocas palabras: Cameron debe enfrentar un déficit público, que aumentó a 163.000 millones de libras (190.000 millones de euros, 250.000 millones de dólares) en el último ejercicio fiscal, o el equivalente del casi 12% del PIB, contra 3% antes de la crisis financiera.

La deuda total supera por su parte el 70% del PIB británico.

Además, Gran Bretaña deberá pagar en cinco años intereses por la deuda estimados en "70.000 millones de libras".

"A menos que actuemos ahora, los pagos de los intereses dentro de cinco años pueden terminar siendo más altos que la suma gastada en escuelas, (lucha contra el) cambio climático y transporte" juntos, agregó Cameron.

En resumen. Hay que ahorrar, y pagar deudas con muy altas tasas de interés. ¿Quiénes



Fuente:
http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1272905
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